Guardianes oscilando el verde,
el oeste en suspensión,
guardando el almizcle, las horas perdidas,
luces en el jardín.
Figuras sentadas absorbiendo el sol,
angustia bañando un círculo,
mi padre envuelto de nubes.
Sumergidas las pláticas frente al rosal,
insecto salpicado de lunares,
piel de adobe aliviando el desazón.
Ofrendando los ojos al fuego negro,
desarmando desnudes en implosión,
diluvios aliviados en sonriente final.
El beso del camaleón.
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