martes, febrero 01, 2011

Una habitación vacía, dos ausencias.

Los cajones rebotando de ansiedad,
no volverán nunca a escuchar esas risas.
Las perchas colgando angustiadas por el inevitable olvido,
no quedan huellas que sostener,
Ese espejo que no se cansa de mirarme, de soñarme, de verme dormir...


La cama se hunde a si misma en un abrazo... ...
el escritorio guarda en secreto, esas huellas dactilares...


He dejado mi habitación vacía,
a pesar de tener días así,
por esa ausencia.

No hay comentarios.: