lunes, noviembre 29, 2010

Espejeo

Las calles ya no me sollozan, 
besos de viajero ofrendados por las hojas...
Lluvias tardías de otoño sin gurú. 



Súplicas al cielo jamás he levantado, 
hoy voy a devorarme al viento,
entre insectos, con mis letras muertas. 


La última nota de morriña quema mis manos
y ahoga una cicatriz seca.

¡Se acabaron los llantos!
¡Se acabaron los ecos!


Hoy mi espejo me ha encontrado. 

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