...
palabras hirviendo recorriendo mi cuerpo
y minutos de espera a la siguiente nota.....
... un minuto
.... dos
....
En el rincón de una casa de cristal,
te acercaste con los sentidos abiertos
y los labios húmedos.
Recorriste cada esquina, buscando el sitio ideal.
Tomaste mis ojos y los hiciste presas de ti, de tu noche.
Alcé la mirada solo para ver, que ya estaba vencida
Las manos comenzaron a acercarse y el calor se respiraba,
tu aliento sobre mi cuello incitaba a una bomba de tiempo.
Lentamente mi cuerpo se fue haciendo tuyo,
en cada poro de mi piel una letra,
en cada segundo una promesa de humedad.
Si, disfruté robar esa humedad tan tuya y hacerla propia.
Deslicé un párrafo por mi cuerpo
que arrebataste hambriento de piel,
tomé carne y sudor, y los besos.
La casa de cristal tenía un rincón nuestro,
solo tu y yo, desnudos ante los ojos ciegos.
Penetraste en la sangre que inflaba las venas,
ingresaste en la fantasía de ese encuentro palpitante,
de esa lengua desbordada,
que insinuaba prosa en cada centímetro de mi,
que recibía ansiosa mi corazón y sus secretos.
Ayer en la casa de cristal,
mi cuerpo desgarrado quería asaltarte,
gritábamos queriendo pertenecer al otro,
corrían ríos entre las piernas, saciándonos, envolviéndonos.
Badana con tu aroma impreso,
la luna mordiendo sus labios,
tu semblante expectante ...
La bomba ya había sido detonada.
Y preguntas, con respuesta implícita ...
propuestas de ti en una canción..
y yo... recargando mi nariz a la pared de cristal
tocando tu silueta alejarse
y una promesa de lo real... que se quedó en el aire.