esta tarde
beberé el nectar de tu cuerpo
Degustaré como manjar esotérico
la serenidad de tus ojos
Se que pondrás tus manos
en el lugar exacto
intentarás dialogar
mientras mi cuerpo enfurecido
se carcome por ser tan débil.
Cerraré los ojos y pensaré en las balsas
que son ese suave vaivén
van dejando detrás el alba
Aquí a los pies de a pirámide del sacrificio
esta tarde
beberé a sorbos tu piel
Serás olvido ordinario
río que fluye
hacia ambos lados
licor, edén y pecado.
Por que al canto del lobo
amor
nos habremos olvidado.